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ST HILDA'S COLLEGE

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Garden Building (1967-70). St Hilda’s College, Oxford.

 

Arquitectos: Alison y Peter Smithson. Colaboradores: Christopher Woodward y Kenneth McCrae.

 

La obra se encuentra construida en un espacio abierto próximo al río, con preexistencias que, en este caso, todavía siguen en uso. Su posición con respecto al entorno está fuertemente vinculada a estos elementos, buscando la configuración de los espacios libres a través de la

ordenación de las zonas edificadas.

 

St. Hilda’s College se compone de una serie de edificios que se fueron levantando acorde a las exigencias del momento. En 1967, los Smithson fueron llamados para proyectar un nuevo edificio que debía cumplir un programa de 51 habitaciones para estudiantes, más una

habitación para un tutor.

 

La primera decisión tomada fue con respecto al emplazamiento del edificio. En un primer momento se pensó en posicionarlo en la ribera del río, debido a su proximidad con éste. No obstante, esto hubiera supuesto una barrera entre el río y el resto de la zona. Por ello, optaron

por colocarlo entre dos construcciones vecinas más antiguas, comunicando el nuevo edificio con estos a través de un paso cubierto. De esta forma, se crea un área de servicio en el norte del lugar, comunicando las cocinas, y generando así una ruta de servicio para todo el espacio

que dirige todo el tráfico desde el sur hasta el río. El resultado es dejar la zona de jardín libre de la contaminación y el ruido de los coches.

 

La posición del edificio supone un factor determinante para la resolución de todo el área. Este edificio no solo soluciona un problema de falta de alojamientos, sino también un problema de desvinculación. Da un contexto de unidad a todas las intervenciones realizadas, resaltando su

entorno debido a la indeterminación que supone el edificio, al hecho de que se encuentra hundido en el suelo y al entramado de madera que lo envuelve.

 

Además, debido al paso cubierto que enlaza el edificio con los vecinos, se genera una comunicación global en todo el espacio, distinguiéndose dos zonas: una zona de paso, de servicio, y otra zona de estancia. Gracias a la posición del edificio se genera una infraestructura para el tráfico rodado, que se vincula a los edificios, pero no a las zonas libres de jardín, permitiendo disfrutar de éstas sin sufrir una contaminación acústica y ambiental.

 

 

The puzzle of Smithsons

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